El macizo del Montgrí es la gran formación calcárea que hace de frontera natural entre el Baix y el Alt Empordà.

Tiene una extensión de 2.300 hectáreas y está formado por tres montañas, todas ligeramente superiores a los trescientos metros de altura: la montaña de Ullà (o monte Anill), la montaña del Montgrí y el Montplà, además de varias elevaciones menores que le dan continuidad durante unos ocho kilómetros de longitud hasta la costa de L'Estartit, donde destacan la roca Maura y la torre Moratxa.
El valor paisajístico de esta zona se caracteriza principalmente por su gran heterogeneidad, por su singularidad y por el conjunto de factores geológicos, meteorológicos y humanos, que han ido dando forma su medio físico y natural con comunidades vegetales y animales característicos
En lo que se refiere a la fauna, cabe destacar la presencia de una gran cantidad de aves de presa, como el águila perdicera, el cernícalo, el águila culebrera o el gavilán. Otros pájaros característicos son los típicos de ambientes de roca, como el roquero solitario o el gorrión chillón. En zonas de carrascas y maleza destacan diferentes especies de pájaros de pequeño tamaño, y en los hábitats de bosque, herrerillos, palomas torcaces, piquituertos, etc. Por último, en las áreas abiertas podemos observar cogujadas y perdices.
Se trata de una zona muy deforestada, ocupada principalmente por pinedas que llegan hasta el mar, jarales y carrascales. Entre los sectores de vegetación se intercalan zonas eminentemente rocosas que forman peñascales, cuevas y riscos.
El pino, que es el árbol predominante, convive con coscojas, aulagas, jaguarzos blancos, jaguarzos negros y romeros.
En la zona marítima, los ambientes rocosos forman calas muy abruptas pero de gran belleza, como la Cala Pedrosa o la Cala Ferriola.  
Ponç Hug, conde de Empúries, alteró hacia el 1302 el curso del Ter y el cauce seco del río ya no suponía una barrera para la propagación de las arenas depositadas por el Muga, el Fluvià y el mismo Ter.
Transportadas y apilonadas por la tramontana unas grandes dunas móviles avanzaron hasta finales del siglo XIX causando problemas a la agricultura y a la población. Unas dunas que avanzaban una media de 16 metros/año.
A partir del 1895 se inicia una larga obra de ingeniería forestal y se fijó esta duna a través de repoblar con especies vegetales todas estas dunas haciendo pantallas contra el viento y también plantando especies en líneas perpendiculares.
Especies vegetales como el borró (Amohila arenaria), pino blanco (Pinus halepensis), pino piñonero (P. pinea), pino pinastro (P. pinaster), ciprés (Cupressus sempervirens) y arbustos resistentes a la sequía como el lentisco (Pistacia lentiscus) o la retama (Spartium junceum).
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